Berriacentúando

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 El mundo está lleno de cosas por descubrir, por aprender a diario, y tengo como muy claro que es un juego de niños, aunque un día, descubres que la inteligencia es un compendio incapaz de completarse en una sola persona, pues son muchas, qué ya lo dicen los sabios, pues hay mogollón de ellas, pero, siempre consideramos como listo, o muy inteligente, por ejemplo a quien conoce todas las respuestas del trivial, cuando esto, sólo es memoria, tiempo, y que nos enseñen, o despierten, a trabajarla.

 Y sí, reconozco que me encanta jugar al trivial, como me gusta, y ahora me estoy aficionando a la tele con dos programas en antena 3, Ahora caigo y Atrapa un millón, pues me parecen entretenidos a la par que ejercitas la memoria, y sí, Saber y ganar es uno de mis favoritos, cómo los documentales de la dos y similares, pero, cómo todo, siempre hay un pero, y descubres que hay quien dice, que estos programas son, pues como de mucho nivel intelectual y acabaran llamándote con ese apelativo tan cariñoso: “listo”.

 No todos hemos tenido la oportunidad de estudiar, ni la posibilidad de mantener un nivel amplio de conocimientos, por ejemplo, yo misma, pasé de 100 a cero en un solo día, pero sí que tenemos libros cerca, aunque, hay gente, que asegura, que esas cosas del saber les pone la cabeza loca, cosa que es no menos chocante, pues es preparar un trivial con las cosas que conocen, y les encanta jugar, cosa que me lleva a plantearme, que qué nos gusta, ¿saber o ganar?

 Ejke sospecho que para que algo sea divertido has de  poder ganar aunque sea a las tabas, si no como que uno no se molesta mucho en jugar.

  La cosa ejke no sé, pero cada día descubro que hay mucha más gente de la que pensaba que no tienen ningún tipo de inquietud, nada les choca lo suficiente, de no ser trabajar, lo cotidiano y la vida tal y como es,  o peor de lo que es, qué esa es otra.

 Quizás, ser así, repudiando la cultura, pues sea la garantía de vivir tremendamente tranquilo, aunque son tan desconfiados, qué con decir, “no sé…”, pero, a la hora de opinar opinamos todos, aún para acabar diciendo tremendas barbaridades.

 Ejke ayer fui a ver las marionetas de Maese Villarejo, Gorgorito, me encantan, y siempre suelo ir pronto, bastante antes de que comience la actuación, y así, pues pillo sitio cerca de donde sientan a los niños, y como siempre conozco alguno, pues puedo tener ese aval de sentarme y que no me miren como lo que estoy… o, qué don soseras no se muera de la vergüenza al verme qué grito como una loca avisando a Gorgorito cuando llegan los malvados, cómo ayer, el ogro Dientes Largos y la encantadora, digo, malvada Bruja Ciriaca.

 Pero ayer no, ayer llegamos tarde y claro, me tuve que colocar atrás del todo, y aunque don soseras ya no se asusta, y cada día le da menos vergüenza que nos miren en plan a esa mujer le falta un sentido o tres…, pero, extraño en mí, me comporté todo lo formal que pude, aunque, pues me puede y, a ratos, acabé gritando avisando a Gorgorito, ejke, una función tan seria y complicada de entender como las marionetas, pues es lo que tienen, te atrapan.

 Para mi sorpresa, no sólo grité yo, ya que, una vez gritaba en esas de avisar a Gorgorito, a la siguiente escena, los mayores, sin niño al que acompañar de mis cercanías, no se quedaban a la zaga. Quizás sea que todos tenemos ese alma de niño, y qué cuando conoces algo tan poderoso, cómo que te dejas llevar, ejke esos “Parabaaaaaaa paraba paraba paraba, ó el, Vaya, vaya, vaya, o, bueno, bueno, bueno” son muy difícil el evitar que no te controlen, y más, cuando Gorgorito te pide que le avises. Me encanta como los niños se alean con los buenos y, a los malos, ni agua tú.

 Ayer comenzó a llover, cosa que nos llevó a ver las marionetas en dos partes, ya que todos nos quedamos a esperar por si escampaba la nube que se notaba por la tormenta pasajera, y escampó. Mientras llovía, apiñados en los soportales, supongo que era la abuela, y esta, mandó callar a la nieta, quejándose de qué la niña, de unos cuatro años, tenía más imaginación que Julio Verne, ya que no paraba de hablar imaginando y contando cómo podía continuar el espectáculo de marionetas.

 La niña, le preguntó a la bondadosa señora qué quién era Julio Verne, y toda enfadada, le respondió, qué ella no era la lista de su otra abuela, la madre de su madre, esa que no tiene otra cosa que hacer que leer libros y ver programas de listos en la tele, qué ya podía hacer otras cosas más necesarias, y le aseguró, que el Julio Verne, era uno de la tele que se murió por contar mentiras e inventar historias.

 Un señor de justo al lado, le aclaró que era escritor, un buen escritor, así que la abuela, a la niña que, como decía ella, estas mocos se asustan con nada y a nada lloran con lágrimas del cuerno de la abundancia (suponiendo que sepa qué es),  y para tranquilizar a la niña, le dijo, que dejase de llorar, que Julio Verne era uno que escribía en los libros, la niña, cómo un resorte comentó: “Qué suerte tiene Julio Verne, si yo escribo los libros mi papá me riñe”

 Todos los de alrededor nos reímos con la ocurrencia de la niña, ella, la abuela, se sintió muy incómoda, amenazando a la niña; comentándole al señor que le dijo quién era Verne, que no la volvía a pillar para traerla a cosas tan culturales, pues seguro, la convierten a esta en algo tan estúpido como su otra abuela… asegurándole a la niña “Mejor te enseño a trabajar, que eso sí que sirve para ganarse la vida”

  ¡Toma ya, y qué los políticos quieran acortar recursos en educación! Aunque supongo, qué pensarán, que hay gente que no tiene remedio.

Imperio

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3 respuestas a Berriacentúando

  1. puck dijo:

    Eso si que sería un recorte jaja poner a los niños a trabajar. Seguro que se levantaba España.
    Me encantan las marionetas, recuerdo esa sensación de nervios de cuando aparecía el malo.
    Me has recordado a una amiga con la que a veces nos juntamos y jugamos a las cartas, al cinquillo, que no necesita mucha estrategia ni memoria ni nada, pues dice que si no juega dinero que no tiene emoción. Va preparada con un monedero lleno de chatarra jaja. La apuesta es que cada vez que se pase hay que dejar dos céntimos y lo más que se puede perder es un euro en un par de horas. No tiene que ver con el tema del conocimiento, pero que es de ganar nos mola aunque sea a las tabas.
    Besis reina.

  2. Aire dijo:

    Vaya, y no saltaste sobre la abuela de ninguna manera? Reñir por escribir?. Pero…digo yo que se que hay tantas clases de personas y caracteres, y que todo está bien, de verdad que sí porque somos libres. Pero digo yo que no debería la mujer ésta criticar así a quienes no optan por una opción distinta, que una cosa es ser como uno quiere ser, que es´ta bien y otra querer que todo el mundo sea igual que uno mismo. A parte del problema que planteas, sobre que si la cultura un día va a estar malvista…, hay uno más profundo que es el de la estrechez de miras y la falta de respeto por lo que no es como nosotros ( en este caso, menos mal que la niña tiene una yaya de cada clase, imagina que le tocan dos como la que le llevaba a las marionetas).
    Siento haber tardado tanto en venir Shi, ahora ya podré más que tengo una conexión aceptable . Besos, del Aire

  3. Ana Azul dijo:

    No hace falta estudiar una carrera para adquirir conocimientos. Las personas que van como concursantes a «Saber y ganar», que para mí es el concurso mejor que hay, no todas tienen estudios superiores, pero si tienen una cosa en común, que es iniciativa y ganas de saber. Como tú dices estamos rodeados de libros, sólo hay que leerlos. Pero hay gente que se rie de la cultura, del saber ,del querer aprender. ¡Que le vamos a hacer!
    Yo creo que el aprender nunca viene mal.
    Besos
    Ana

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