BerriCuentosdedíasdeLluvia

Ayra caminaba de la mano junto a su mamá bajo su paraguas transparente protegida de la lluvia, una lluvia mansa y ligera que caía de puntillas provocando pequeños charcos en el suelo aún limpios, pues al polvo, aún no le había dado tiempo de ducharse y, por mucho que andaba tapándose, colocándose el chubasquero y las botas de agua, pues el polvo odia ducharse, pero aun con todo su esfuerzo le iba ser imposible no convertirse en barro y ensuciar los charcos, pero aún, por este motivo, estaban claros provocando ser pisados.

Giraba el paraguas de Ayra, y de vez en cuando miraba a su mamá, que siempre estaba mirándola, era como si ella supiera cuando la miraba, ni una vez la pillaba mirando a otro sitio, incluso cuando cruzaban las carreteras, era capaz de mirar a todos los sitios, y a la vez, le daba tiempo de mirarla a ella, nunca conseguía mirarla en secreto, su mamá, seguro que tenía un piloto que le avisaba y le decía sonando como las luces de las sirenas: “Cuidado mamá, Ayra va a mirar”

   ¿Cómo sería ese avisador, y dónde lo tenía? Se preguntaba, la miraba de arriba abajo, y ella mirándola, ni preguntaba, parecía saber en qué pensaba, pero como una vez le dijo que su cabecita aún era transparente como su paraguas, por eso sabía cuándo la miraba, su mamá era mágica, podía saber que pensaba, siempre, incluso cuando no sabía que tenía que decir.

-¿Qué te pasa Ayra? Le preguntó su mamá, cosa que a Ayra le enfadaba, si total, siempre sabía que estaba pensando. Y ejke a veces su mamá era un poquito curiosa, si total ya sabía que pensaba, ¿para qué preguntaba? Pero su mamá también le había dicho, que aunque sepas en que piensa alguien debes preguntar, pues sino será una falta de educación y cortesía, pues los pensamientos son secretos y se debe dejar a la gente que se exprese, y ante todo, debemos escucharles.

-Ejke Romina dice que la magia no existe, dijo Ayra sin rodeos.

-Bueno, ¿y tú qué crees?

-Pues no lo sé, el profe dice que los objetos no hablan, ni nos avisan, que las nubes no salen por magia, ni la luna, que no existen las hadas, ni los elfos, y que la magia es una tontería de la gente inculta.

-¿Todo eso dice tu profe?

-Sí mamá, todo eso dice, y Romina le cree, exclamando con una vocecita dolorida.

-¿Pero tú, qué es lo que crees? Insistió mamá.

-Ya te he dicho que no lo sé, pesada, pero no existe, estoy segura de que no.

-Entonces cuándo la cuchara nos avisa que la comida está caliente, ¿no es la magia de la cuchara?

-No mamá, si tú me lo explicaste, ¿o ejke no te acuerdas?

-Sí, claro que lo recuerdo, es el vapor que sale quien nos avisa, pero ese vapor habla y lo hace con magia mágica de siglos, es cierto, tienes razón, la cuchara sólo colabora.

-Tonterías mamá, qué ya no soy una niña pequeña

-No, desde luego que ya no eres una pequeñaja, pero mira, respóndeme, ¿ahora está lloviendo, no?

-¡Claro, llevamos paraguas! Mirándola con cara como si fuera tonta su mamá preguntando esas tonterías.

-Vale, entonces está lloviendo y nada nos hace pensar que hay magia, ¿no? ¿Tú estás segura?

-Pues no, no hay magia estoy segura.

-Entonces no te contaré algo que ahora mismo es pura magia, total no me ibas a creer.  

    Ayra guardo silencio unos segundos, pero le pudo más la curiosidad y su mamá, como siempre la estaba mirando…

-Mira Ayra, mira como sí existe la magia, y todo ayuda a ello, ¿ves los bancos del paseo como sí que tienen magia?

-Mamá, no digas tonterías, exclamo.

-Vale, yo te lo cuento, miras y si tengo razón me la das, ¿trato hecho?

   Ayra miro a su madre y puso ojos de averiguar mirando los bancos del paseo…

-Si te fijas, y Ayra miro entre enfadada y esperando que le contase, -el agua ha mojado los bancos, y a los que les da la luz, las gotitas de sus palos les hace que brillen adornando el paseo como si estuvieran vestidos con luces de navidad, y los del otro lado, los que están a la sombra, las mismas gotas de agua les hace parecer que tienen dientes, como si fueran a ladrar como un perro sabueso avisando, pero tanto los unos como los otros nos avisan en su idioma: “no te sientes o se te mojará el culete”

   Por tanto, si esto no es magia, si los objetos no hablan, ¿por qué nos avisan de no ser por la magia?

   Ayra se quedó pensativa de la mano de su madre, admirada de ver que tenía razón, pues los bancos nos estaban avisando que estaban mojados y eso seguro que era magia, tenía que serlo

-No mamá, no es magia, dijo Ayra intentando disuadir a su madre.

-Entonces, si no es magia, ¿qué es?

   Ayra sonrió y comenzó de nuevo a girar su paraguas, le fastidiaba darle la razón a su mamá, pero sí que era magia, cuando lo dijese en el cole el profesor iba tener que admitirlo. Ojalá llueva el lunes, pensó, así les mostraré la magia de los bancos del colegio, seguro que ellos también la tienen, y Romina dejará de tratarme de tonta, además, si no ve la magia ella se lo pierde. Mirando a su madre de nuevo, que la miraba sonriendo, seguro que, ya está enterada de lo que pienso, pero no se lo diré, se dijo.

    Su mamá continuaba sonriendo…

 Imperio

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3 respuestas a BerriCuentosdedíasdeLluvia

  1. María R. dijo:

    Magia o milagro es, la lluvia, el sol, la hierba, los pajaros….y de que otra manera explicarselo a los niños? y nosotros los mayores, como entenderlo si no?
    Buenas tardes y feliz fin-de.

  2. puck dijo:

    Creo que el fondo de la cuestión es que somos mágicos y creamos magia con un pensamiento, que es invisible y la magia también lo es y se encuentra en aquel que sea capaz de adivinarla o sentirla dentro.
    Besis reina.

  3. Ana dijo:

    Somos mejores de lo que creemos y no tan malos como queremos aparentar.
    La magia está en todos sitios, sólo hay que intentar verla.
    Chao
    Ana

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